sábado, 13 de septiembre de 2014

   Cada persona tiene una forma de actuar, un comportamiento distinto. Si nos damos cuenta, cada persona es de una manera porque algo le ha hecho ser así, pero no nos molestamos en averiguar cuál fue el motivo que les hizo cambiar, simplemente lo rechazamos.
   ¿Por qué? ¿Por qué he de juzgar a alguien creyendo saber quién es solo por lo que ves?
   Aproximadamente hay 7,136'077,000 personas en este mundo a día de hoy, y todas y cada una de ellas, tiene una historia, un motivo de ser como es. Crees conocer el mundo y no conoces una mierda, piensas que ese chico es un cretino pero en su casa su familia se está destruyendo y nunca ha recibido una muestra de afecto en su vida, piensas que ese hombre es un ladrón, pero lo único que roba es comida para sobrevivir un día más, piensas que esa chica es una negada que solo quiere estar sola, pero no te paras a pensar que esa chica ha sufrido bullying siempre. El dolor es siempre un gran factor de cambio y transformación en nuestra vida, suene pesimista o no, es así.
   Como es la vida ¿eh? Lo malo de nuestra mente es que no podemos conocer la realidad tal y como es, todo lo generalizamos, clasificamos y encasillamos en un grupo, cuando nunca habrá dos cosas iguales juntas. Ojalá pudiéramos quitarnos ese chip y atrevernos a ver cómo es cada cosa, aunque nos pasáramos toda la vida intentándolo porque cada día es un nuevo paso en proceso de cambio constante. Las personas cambian, unos más rápidos que otros y de distinta forma, eso hay que asumirlo, no eres la misma persona de hace cuatro años, pero siempre mantendremos nuestra esencia, solo hay que buscarla bien. 



    A veces desearía tener un botón de reseteo, me gustaría borrar malos momentos de mi vida, olvidar frases que han hecho tanto daño que han podido hacer que derrame tantas lágrimas hasta secarme los ojos, una clase de amnesia que no ataque a toda mi mente, solo a momentos determinados que querría borrar porque son muy difíciles de olvidar.
   Quiero quitarme de la cabeza esos momentos en los que he visto a mi alrededor a las personas que más quiero llorando, desgarrándose por dentro, sin fuerzas para levantarse del suelo. Quiero deshacerme de esos recuerdos en los que me hacían sentir mierda, en los que a la mínima que cometía un error era una nueva guerra mundial, en los que parecía que por mucho que me esforzara nunca sería suficiente.
   No seré la única ni la última persona que piense esto, pero ojalá nuestro cerebro tuviera esa capacidad, porque ¿para qué conservar eso que nos hace daño si nos perjudica a nosotros mismos? No ganamos nada con ello, y perdemos más de lo que se puede apreciar.



     Se quejan de la diferencia pero todos                 quieren ser únicos.
  Sales a la calle y al mirar a tu alrededor lo que más ves es como la gente juzga por el aspecto físico a las personas, y estoy harta de eso.
    Estoy harta de ver como llaman fea a una persona por no ser tan delgada como un espagueti, por no ir 24 horas todos los días perfectamente arreglada, por llevar el pelo de un color extravagante o por ser fiel a un estilo distinto.  
     Chicos, ¿para qué nacimos? ¿para ser perfectos? No, pero esperad, ¿llamáis perfección a ser extremadamente delgado/a, un pelo largo y adecuadamente alisado y a llevar el maquillaje y la ropa más de moda? Permitirme decir que eso es una gran estupidez. 
   El concepto de "perfección" es una de las cosa más relativas de este mundo, porque cada persona tiene un percepción distinta de perfección, y ninguna es errónea o más adecuada que otra, no, no es así, si tuviéramos todos la misma forma de pensar, ¿qué nos esperaría? 
   Mucha gente no se da cuenta de lo que pueden herir las palabras, a veces pueden llegar a doler más que un golpe. Es duro ver como alguien llora porque la llaman "gorda, fea, imbécil", porque para la persona que emite esas palabras es solo un momento de gracia porque le satisface ver el mal ajeno, pero para la pobre persona que tiene que soportar esa serie de comentarios es un dolor agudo que le perfora y destroza por dentro y pueden llegar a cometer cualquier estupidez por eso. 
   Cuando eres delgado es que eres un fideo, cuando eres gordo es que vas a salir rodando, cuando tienes las orejas un poco grandes eres Dumbo, cuando tienes la nariz un poco más grande eres Pinocho o una bruja, cuando tienes la misma pero más pequeña, eres Voldemort, cuando tienes las piernas largas eres un flamenco, y cuando las tienes cortas eres un gnomo. Ni la misma sociedad sabe lo que quiere, pero sí sabe cómo hacer daño. 
    Sinceramente, opino que hay que abrir los ojos y darse cuenta de que estamos perdiendo el tiempo. Que te guste el rock no significa que tengan que perforarse toda la cara con piercings, fumar, vestir completamente de cuero o llenarse de tatuajes, que te guste el rap no significa que seas un delincuente, que te guste el reggaeton no significa que seas una guarra, que te guste hacer tonterías en la calle no significa que seas un inmaduro, que te guste el negro no significa que seas gótica, tener fe en que habrá un mejor mañana no significa que viva en un mundo de color de rosa. Así que, disculpen si en vez de ver a gente imperfecta por simplemente ser como son, veo a simplemente, personas intentando vivir.
  

Disney Siempre Formará Parte De Nosotros

Y cuanto más pasa el tiempo más me doy cuenta de que por mucho que crezcamos, maduremos y dejemos atrás los juguetes, la mejor parte de nosotros siempre será la que guarda algún vestigio de nuestra niñez. 

De pequeños no parábamos de ver las películas de Disney, pero cuando las vemos ahora, tenemos más ilusión que antes. Todos recordamos a Sebastian cantando Bajo del Mar, o al Hada Madrina con su Bibidi Badibi Bu, ¿cuántas veces llegamos a escucharlas? Miles de veces, y siempre que las cantamos mostramos mayor ilusión.


¿Quién no recuerda Colores En El Viento de Pocahontas, Una Vez En Diciembre de Anastasia, No Importa La Distancia de Hércules o Eres Tú de La Bella Durmiente? Son canciones que a día de hoy, nunca quedarán en el olvido.


El que más me marcó fue Phil Collins, su voz me llegó por vez primera con Tarzán y su En Mi Corazón Vivirás o Hijo de Hombre, y continuó con En Marcha Estoy, en la película Hermano Oso. 

Su historia siempre me ha conmovido, y a día de hoy, siempre será uno de mis cantantes favoritos.

Sinceramente, los cantantes que prestan su voz para crear la banda sonora de las películas Disney son dignos de admirar, sientes como un pequeño afecto va creciendo poco a poco y más y más, son las voces que dieron vida a los héroes de nuestra infancia y que siempre estarán ahí, para llenar de vida, color y alegría a nuestros recuerdos, para traernos una sonrisa y hacernos recordar, que nuestra niñez está presente aunque a veces creamos que la hemos perdido.




domingo, 7 de septiembre de 2014

Digan lo que digan, un chico y una chica, pueden tener una gran amistad.

No te conoceré desde pequeños, no te robaba la manta en la hora de la siesta en el jardín de infancia ni los chupetes en primaria, ni te copiaba en los exámenes de matemáticas de las últimas evaluaciones de secundaria, pero los años de amistad no implica que pueda ser más fuerte que la de unos meses.
En solo unos meses has sabido estar más presente de lo que te puedes llegar a imaginar, siempre haciéndome reír, animándome y consolándome. Simplemente cuando necesitaba a alguien, ahí estabas tú. 
No se puede describir como se siente saber que tienes a una pequeña personita ahi, diciendote "hola, te echo de menos" despues de unos días sin hablar y pensar, "joder, no soy tan inútil" porque el simple hecho de que una persona te extrañe, significa que estás haciendo algo bien. 

De lo que más claro que tengo en esta vida es que a las personas que realmente te demuestran que les importas, que realmente te quieren y quieren ser tu amigo/a, hay que cuidarlas y protegerlas, que cuando el mundo les deje de lado, hacerles saber que no estarán solos jamás porque te tienen a ti, que aunque no puedas ofrecerles todo lo que se merecen, hacerles saber que siempre tendrán tu hombro en el que poder apoyarse para desahogarse, que les darás tu consejo incondicional siempre que te necesiten, que intentarás hacerles sonreír cada día como mínimo una vez para que sepan que una de tus metas es verles felices, ¿por qué? Porque se lo merecen, porque te importan, porque les quieres.

El tiempo no medirá nunca el valor y la fuerza de una amistad, sino los momentos que han compartido juntos. En unos meses puedes vivir mil y una experiencias junto a alguien, junto a una gran amistad, y eso es lo que verdaderamente importa. Un año no es lo mismo a un mes, pero te puede llegar a importar muchisimo alguien que conoces de unos meses más de lo que otras personas pueden llegar a clasificar, imaginar y vivir en su vida.

He de decirles, que esas sin duda, son las mejores amistades, porque te demuestran más cosas que gente que conoces del jardín de infancia, y en un pequeño período de tiempo. No sé ustedes, pero ese tipo de amistades no se pueden perder, yo por lo menos, lucharé siempre por mantener la mía.