martes, 4 de septiembre de 2012

Y sale el Sol y tus sentimientos se activan. Te levantas, y tu mente decide recordarte lo que intentas olvidar, lo que te duele recordar. 
Vas al baño, te lavas la cara para quitar un poco la cara de zombie que se te queda después una noche larga que te has pasado lamentándote porque simplemente, tenías ganas de sacarlo todo afuera en vez de retenerlo.
Vas a la cocina, abres la nevera en busca de tu desayuno mientras recuerdas como te dormiste entre sollozos. 
Mil y un recuerdos aparecen en tu mente con cada sorbo de zumo que das, pero, ¿sabes lo que haces? Notas esa sensación que aparece en tus ojos que se van humedeciendo cada vez más y te la tragas con el zumo. Lo reprimes, lo metes todo dentro.
Vas a tu cuarto, te echas en tu cama aunque acabas de despertarte, coges tu reproductor de música y pones canciones que te traen más recuerdos y derramas una lágrima por recuerdo.
¿Por qué? ¿por qué sufres en silencio? ¿por qué lloras cuando nadie te ve? ¿por qué ocultas que estás destrozada por dentro y ofreces una sonrisa falsa a los demás?
- Porque a veces es mejor guardártelo para ti misma que dar explicaciones a los demás para preocuparles y que con cada palabra, sientas como una grieta se abre en ti y se rompe todo en mil pedazos.



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